Juan no siempre esta jugando futból, en ocasiones esta descansando para entrar a jugar.
Mis principales recuerdos de y con Juan se han hecho en una cancha de Futból, ya sea compartiendo el campo o simplemente sentándome a ver que truco va a sacar de la chistera, el enano tiene esa capacidad de sorprender a todos, ya sea con su agilidad o su inteligencia (dote que ha usado también en su vida profesional como contador público).
Juan siempre quiso jugar futból a nivel profesional, sin embargo el destino le trazó un plan distinto, el cual no ha sido sencillo, pero siempre lo ha podido afrontar con una sonrisa en el rostro; ese es mi amigo, con batallas constantes, con música alegre en la sangre, con una broma preparada, con ganas de dominar el balón, siempre preparado para ver el panorama completo.
Es el miembro de la secta a quién mejor se le dan los deportes, uno de los pocos que tiene ritmo y de los contados que se atreve a bailar por el gusto de hacerlo (de hecho en su viaje a Canadá dio clases de salsa a los extranjeros y va casi diario al callejón de los rumberos en Guadalajara), hizo su viaje a Canadá cuando algunos creíamos que era ya muy viejo para hacerlo (dejó todo durante 6 meses y sin saber si enontraría trabajo al regresar renunció, vendió su carro, compró dolares canadienses y un boleto de avión).
